viernes, 26 de marzo de 2021

Frostgrave: arqueros sombríos

Hace mucho, mucho tiempo, en un mundo en el cual si alguien te hablaba de "pandemia" pensabas que ibas a jugar a un juego de mesa, comencé a pintar dos arqueros elfos para Frostgrave.

La idea era que formaran parte de la banda del pérfido Theodorus, el invocador con el que empecé a explorar las ruinas de Felstad. A pesar de que seguramente habréis observado que se trata de un par de guerreros elfos sombríos, (además esculpidos por Juan Díaz) decidí que bien podrían representar un habitante de otros planos, o un cruce entre uno de estos y un humano o un elfo, al estilo de los genasi del juego Dungeons & Dragons. 



En mi ensimismamiento empecé a pintarles la piel de un color carne mezclado con bastante morado, de forma que bien podrían pasar por los elfos de la noche del videojuego Warcraft III.

Como se ve, las miniaturas poseen un buen detalle y tienen ese modelado de "sexta edición" de Warhammer Fantasy Battles tan característico (y que tanto me gusta). Además de sus armas se ve como llevan equipo variado con bolsas variadas, cuerdas, su carcaj con munición y por supuesto una capa para protegerse del frío y de las miradas indiscretas.





Su arma principal es un arco de madera clara y bien pulida, al estilo del de Gareth, el explorador elfo que pinté en 2017 para la banda de Motius. Además llevan una espada corta para ahuyentar a matones y ladrones, así como una armadura de escamas que les protegerá de flechazos y navajazos. Completan su uniforme con un capacete metálico, que a juzgar por la fea cicatriz que luce uno de ellos en la cara no es completamente efectivo contra los cortes.


El individuo superior tuvo más suerte y conserva los dos ojos. No está mal para quién se gana la vida con el arco.
   

Este tuvo menos suerte, pero al fin y al cabo ¿quién dice que hacen falta dos ojos para apuntar?

Esto ha sido todo por esta semana. Recordad que podéis seguirnos en Facebook para estar a la última de nuestras publicaciones.



Esperad, ¿que ven mis ojos? Parece que este par de arqueros se han vendido a un patrón con más recursos y ahora guardan las espaldas de la aprendiza del viejo taumaturgo de la entrada pasada. 

Vistos juntos, lo cierto es que no desentonan tanto en su banda...



Ahora si, ¡nos leemos en la próxima entrada!
 

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