miércoles, 22 de enero de 2020

Sombras sobre Camelot

Esta semana nos toca subir algo distinto y le ha llegado el turno al juego Shadows over Camelot, publicado por Days of Wonder y creado por Bruno Cathala y Serge Laget. Se trata de un juego semicooperativo en el que los jugadores toman el papel de uno de los caballeros de la mesa redonda para enfrentarse a los desafíos que amenazan Camelot. El juego materializa estos desafíos en búsquedas (quests) y enfrentamientos, que nos harán ganar espadas blancas si se ha resuelto exitosamente y espadas negras cuando no ha sido así. Los jugadores leales ganan cuando consiguen 7 espadas blancas mientras que el traidor gana cuando son 7 espadas negras las que se colocan en la mesa redonda, se rodea Camelot con 12 maquinas de guerra o si todos los caballeros mueren. Evidentemente y como es un juego semicooperativo el juego tiene una mecánica que va creando serias dificultades para los caballeros.

La gracia del juego es que introduce la figura de un traidor entre los caballeros que puede existir o no. Es decir, los jugadores prepararán tantas cartas de lealtad con el título "loyal" como su número, y añaden la carta de "traitor", para posteriormente repartir las cartas entre los jugadores y devolver la sobrante a la pila, dónde no deberá verse. Esto supone que en la partida puede haber un traidor o no y dado que acusar a un caballero de traidor puede suponer recoger una espada negra, se convierte en un elemento que hace mucho más divertido al juego.




Existen dos expansiones para el juego: la Compañía de Merlín y Sir Beldivere, el octavo caballero, de las cuales no tenemos ninguna, pero parece ser que la primera añade bastantes variaciones al juego original mientras que la segunda es la simple adición de un caballero jugable adicional.

Vamos a las miniaturas. El juego contiene una modesta cantidad de miniaturas, sobre todo si lo comparamos con los juegos editados desde hace 3-4 años que suelen contarse por centenas. En este caso tenemos los siete caballeros de la mesa redonda, doce máquinas de guerra, cuatro pictos y cuatro sajones y por último tres figuras que representan el Santo Grial, la armadura de Lancelot y como no, Excalibur. Las figuras son de un plástico bastante poco definido, blando, pero decente para su cometido, y es que tenemos que pensar que no son miniaturas de plomo, son miniaturas para manosear y mover continuamente.


Los caballeros representan, de izquierda a derecha a: Sir Percival, caballero de blanco, Sir Gawan de verde, Sir Palamedes, el Rey Arturo, Sir Kay, de azul, Sir Galahad, de amarillo y por último Sir Tristán de morado. 

Para la pintura se han empleado los colores que originariamente vienen en las ilustraciones de los caballeros, ya que es la manera más sencilla de distinguirlos.

Por otro lado tenemos al Grial, la armadura de Lancelot y Excalibur:

Y frente a los héroes tenemos a los pictos, los sajones y la colección de máquinas de asedio preparadas para atacar Camelot.


Como se ha mencionado, las máquinas de guerra se van colocando alrededor de Camelot y marcan el fin de la partida cuando se coloca la número 12. Es por tanto una tarea importante mantener estas máquinas bajo control, combatiéndolas continuamente, pues el caballero traidor puede, en un momento dado elegir colocar dos máquinas de asedio y derrotar a los caballeros leales de un plumazo.


Los sajones, arriba, representan una de las guerras que han de librar los caballeros contra los bárbaros. Estos van desembarcando en las costas de Camelot y al colocarse el cuarto sajón provocan que se tome una espada negra, colocando además dos máquinas de asedio en juego. Los pictos, abajo, funcionan de forma similar, haciendo que los caballeros tengan que ocuparse de ellos también.

Como veis las miniaturas no son especialmente destacables, pero para un juego de mesa cumplen su cometido con creces, que no es más que darle vistosidad e inmersión en el tablero. 



Espero que os hayan gustado. Nos leemos por aquí y en Facebook.
¡Hasta otra!

martes, 14 de enero de 2020

El ascenso de Atón - Capítulo I: Sangre en Venecia

Cuentan que el joven que acaba de comprar varios latifundios en el norte de Italia es un tanto excéntrico. Su gusto confieso por las antigüedades contrasta con su apariencia, ya que viste a la última moda occidental a pesar de sus marcadas facciones egipcias. El papel couché de los mentideros de varios países lo han relacionado con varias de las hijas más codiciadas de la nobleza de medio mundo, pero lo cierto es que parece que al joven Akenatón parece importarle más extender su poder por Europa. 


Tras la huellas de Akenaton se encontraba Percy Newberry, el famoso egiptólogo. Todos conocemos la rivalidad entre el Profesor Abir y el doctor Newberry, que han protagonizado acalorados debates tanto en el Museo de El Cairo como en otros ambientes académicos. Pero Newberry no había seguido en solitario a Akenaton y sus hombres en solitario, junto a él viajaron en un vapor desde Alejandría Rick O'connell, Olivia Cuningham y un grupo de guerreros Medjai, dispuestos a frustrar los planes de Akenaton, fueran los que fueran.

Tras varios días de haber perdido el rastro de Akenaton y sus hombres, finalmente un espía de los Medjai pudo localizarlos en la ciudad de Venecia, dónde el Profesor Abir cuenta con unos almacenes de importación de antigüedades y baratijas de Egipto y oriente próximo.

Akenaton y su Guardia Nubia.
Pintados por Alejandro Ponce.

Akenaton se mueve siempre entre las sombras, intentando no levantar sospechas, aunque siempre que puede se protege con los miembros fanáticos de su Guardia Nubia. O'connell sabía que no sería fácil frustrar los planes del faraón, pero los guerreros del desierto plantarían cara a su nemesis.

La banda de Akenaton al completo, en las calles de Venecia.
Los Medjai liderados por O'connell.

Tanto Akenaton como los Medjai sabían de la existencia de sus enemigos en Venecia, y ambas fuerzas se prepararon para una confrontación directa.

O'connell y sus guerreros se desplegaron intentando cubrir los callejones. En primer plano se ve a un guerrero encargado de los perros, Atila y Bufo, y a la francotiradora. En el centro O'connell y Hakim "el grande", en el fondo el Dr. Newberry apoyado por dos guerreros Medjai y el chico.

Detalle del despliegue de los Medjai.

Dos guardias nubios escoltan a una momia, un sacerdote de Akenaton revivido por las oscuras artes del Profesor Abir.

Akenaton ocupó el flanco izquierdo junto a uno de sus guardias. 


El Profesor Abir lidera a un grupo de cultistas de Atón. Armados con palos pero numerosos.


El objetivo de ambas bandas es inspeccionar la estatua del león del centro de la plaza. Para ello deberán ocupar el centro y mantenerlo en su poder mientras llegan refuerzos de ambos bandos.


Las calles de Venecia al anochecer pueden ser un escenario de insospechados combates.

La iniciativa comienza por los Medjai, que liberan de sus correas a los mastines que corren hacia el enemigo.


La momia se cubre en las cajas de madera que han dejado los comerciantes en el centro de la plaza. Su presencia es terrorífica y condiciona los movimientos de todos los combatientes.


Akenaton avanza solitario y se refugia tras un edificio.


O'connell y un Medjai con un arcabuz se refugian tras un puesto del mercado


"Hurón", el chico también se refugia de posibles disparos tras unas cajas.


Newberry y otro guerrero se mantienen tras uno de los edificios.


Ahora la Guardia Nubia de Akenaton toma sus posiciones.



Y los cultistas de Abir se refugian de la francotiradora en el callejón que comunica el camino con el mercado.



Tras la seguridad de encontrarse parapetado tras un cultista, Abir lanza uno de sus hechizos favoritos, que deforma su apariencia haciéndole terrorífico a ojos de sus enemigos.




Pero Olivia Cuningham, la francotiradora, no desaprovecha la ocasión para liquidar al cultista con su letal rifle de caza.



Envalentonado, un Medjai abre fuego sobre la Guardia Nubia, pero su disparo se pierde en la lejanía.



Atila, uno de los mastines, se sobrepone al terror y alcanza al Profesor Abir, trabándose con él y mordiendo su batín perfumado.


Pero Abir logra zafarse del perro y se pone a cubierto de los disparos enemigos.


Bufo, el otro perro se queda paralizado ante el miedo que provoca el Profesor Abir. 


La mirada penetrante del faraón hace mella en la voluntad de Hakim, que asesta un espadazo que deja fuera de combate a su compañero.


A Akenaton le encanta ver como sus enemigos se atacan
mutuamente mientras espera paciente en las sombras.

Hakim corre hacia el enemigo, avergonzado y lleno de ira. Percy Newberry conoce un hechizo de curación e intenta reanimar al desdichado Medjai.




Un guerrero Medjai se traba con dos cultistas. Parece un combate sencillo, pero una momia se acerca detrás de ellos.


Dado que tanto Abir como los cultistas han abandonado el callejón, Mrs. Cuningham se mueve con celeridad para tomar una posición que le permita dominar el mercado.


La Guardia Nubia decide esperar el avance enemigo.


Y Rick O'connell y el Hurón se mueven para apoyar a sus aliados.




Un Guardia Nubio logra derribar a Hakim, que cae al suelo inconsciente.


El otro hace blanco en el Hurón, que también cae derribado.

Akenaton avanza hacia el enemigo y cuando pretende lanzar un hechizo queda momentáneamente conmocionado. Percy Newberry intenta llegar hasta la escultura del león veneciano, pero un Guardia Nubio avanza también hacia él.



Los perros traban al Profesor Abir a pesar de su hechizo.


No obstante el miedo ha hecho mella en un guerrero Medjai que huye despavorido. 


La momia se abalanza a trompicones hacia Rick, pero logra dar unos pasos hacia atrás mientras desenfunda sus revólveres.


Los guardias nubios entran en combate con Newberry, que se ve superado, a pesar de contar con un revólver y su bastón, que utiliza como una porra.


Akenaton logra recuperarse de su estado de catatonia. Sus enemigos no han podido aprovechar para tomar ventaja y lo pagarán.



Rick O'connell dispara sus pistolas sobre la momia, sin que aparentemente sufra daño alguno.


Olivia apunta a uno de los Guardias Nubios que se refugia tras la estatua, pero el potente blindaje de estos resiste el disparo.




Akenaton avanza hacia Rick y Olivia, mientras otro guerrero Medjai cae bajo los cultistas de Atón. Rick intenta un disparo certero sobre Akenaton con sus pistolas, pero el faraón se ve protegido por algún tipo de protección mística que hace que las balas reboten sobre su piel.


El profesor Abir sige forcejeando con Bufo, que no logra detenerle.


El último guerrero Medjai cae ente el enemigo y el Dr. Newberry ha sido apresado por la Guardia Nubia. Rick decide huir del enfrentamiento directo con Akenaton y protege el camino de Mrs. Cuningham en su huída.



A pesar de todo, Akenaton no está contento con el resultado. Han machacado a los Medjai, pero Rick y Olivia han huido, ¿quién sabe cuando volverán a entrometerse en sus planes?

Eso si, ahora cuentan con el Dr. Newberry en su poder.


Las amenazas de Akenaton caen sobre Rick desde la lejanía.
"Volveremos a vernos" le grita el americano.



Balance final de la partida: ha sido una victoria aplastante de Akenaton, que sólo ha perdido a un más que prescindible cultista. A cambio ha dejado fuera de combate a varios Medjai y ha capturado al Dr. Newberry. Además ha tenido el tiempo suficiente de estudiar las inscripciones de la estatua del león, lo que era su objetivo original.

Los supervivientes de ambos bandos.
Por su parte Rick y Olivia han corrido para refugiarse de la ira del faraón. Ahora deberán reconstruir sus fuerzas para intentar salvar a Newberry de las garras de los cultistas de Atón.

Rick, Olivia, Atila y Bufo.

La momia, los cultistas de Atón, el Profesor Abir, Akenaton y su fiel Guardia Nubia.

¡Esperamos que os haya gustado!