martes, 11 de junio de 2013

De troll de guerra a rey troll

Hoy cambio de tercio y no me voy a entretener con historietas más o menos fantásticas, sino que me voy a centrar en el trabajo que hace unos años hice sobre una miniatura. De él quedé bastante contento entonces, creo que me pilló en un buen momento, y la cosa quedó bastante lograda. 
La miniatura base sobre la que decidí trabajar fue esta:

Troll de guerra de Confrontation, del bando de los goblins. Esta cabeza no es la original con la que lanzaron la miniatura. 
Esta es la carta de la criatura , con
cabeza original.
Sinceramente, no se como llegó a mis manos. Ahora me parece algo extraño haberla adquirido de manera voluntaria. No sé por qué razón, si me pareció bien como troll, si me tocó en una rifa, o estaba de saldo. La cosa es que una vez abierto el blister empieza la historia. La miniatura es horrible, no estrictamente de la primera hornada de las de Confrontation, bastante feas, pero sí que poco inspirada. 
Como muchas ideas, esta surgió en una tertulia. Se habló de hacer algún tipo de transformación, que si tuviese esto sería mejor, que si tal o que si cual. Y así, de darle unos ligeros retoques, pasé a meterle la sierra y a operar en serio. 
Decidí crear un mini diorama en su peana, y poner al muchacho en posición de victoria sobre sus enemigos. Por aquel entonces tenía un amigo que aún conservo que llevaba Bretonia, y me propuse hacerle un "homenaje". Mi troll, o como era entonces, mi gigante del caos, iba a estar machacando bretones. Para ello le separé los brazos y le modelé desde cero toda la musculatura de los antebrazos. También decidí levantarle la cabeza y colocarla justo encima de donde llevaba el punto de enganche. La figura pasó de ir chepada a llevar la cabeza erguida y el mentón elevado. 



La operación salió a pedir de boca. Para compensar el hueco que dejaba la cabeza sobre el pecho, hubo que añadir pectorales y situarlos anatómicamente de manera correcta, para que pareciese que se estiraban junto con los brazos extendidos. Además, había que hacer algo con el lugar de amarre del cuello. Ésto se solucionó creando un pectoral con una estrella de ocho puntas. que enlazaba con todas las correas, incluyendo las nuevas, lo que le dio a nuestra miniatura un aspecto de gladiador macarra. Siguiendo esta tendencia, me inspiré en uno de los grandes juegos de rol y su portada, el Warhammer Fantasy Roleplay primera edición, que tengo original desde hace muchos años. 
En la imagen de la derecha se puede apreciar como el héroe humano de la portada del viejo WFRP está luchando con un ogro que lleva una cresta de dos colores, blanco y negro. De ahí saqué la idea para hacerle el peinado a nuestro "gigante". Además, pensé que para hacer su expresión menos simple, más decidida y ceñuda, había que añadirle entrecejo. El trabajo del cuello también fue importante, y se le dotó de una potente musculatura que diese la sensación de fortaleza.

Fotografía de perfil de nuestro muchacho, posando en toda su gloria.
Si seguimos examinando la miniatura desde la parte superior, nos falta la espalda. No es fácil cambiar la cabeza de ubicación de una manera tan radical, así como la posición de los brazos, y que los músculos de la espalda no sufran mucho según su posición en el cambio. Este es el resultado del trabajo que se realizó en los omoplatos y hombros del monstruo, desde un punto de vista trasero:

Los potentes cestus de nuestro gigante se convierten en unas terribles armas de guerra movidos por sus impresionantes  músculos.
La mayor dificultad de la transformación viene a continuación. Por aquella época Games Workshop tenía dos gigantes en el mercado, uno de plomo de los orcos, y otro antiguo de Marauder que iba vestido con sandalias y al estilo imperial. El primero de ellos no era demasiado grande, y si queríamos que nuestro troll reconvertido se equiparase en tamaño a él, deberíamos incrementar la estatura. Para ello le corté ambas piernas justo por debajo de las caras de bronce que lleva a modo de armadura. La miniatura original parece no tener rodillas, y debía tener un caminar de lo más grotesco. Con sus nuevas piernas, nuestra miniatura alcanzaría más de un centímetro y medio extra, aumentando considerablemente su envergadura:

Detalle de la parte inferior de la miniatura, con uno de los derrotados bretones echando las tripas de fuera.
La envergadura viene dada por la aparición de parte del muslo, rodilla y unas grebas que protegen el gemelo y el tobillo. Una gran diferencia con respecto al modelo original. 
Poco a poco la miniatura iba cogiendo forma, y ya podía aparecer como gigante en mis partidas de WFB formando parte de mi ejército del caos. En la siguiente imagen se puede ver la parte inferior trasera de la miniatura, junto con la otra víctima. 


Otro pobre bretoniano muerto, esta vez con los sesos de fuera. 
Como podéis ver, además, en la parte de atrás lleva una serie de "almuerzos", muy comunes en los gigantes de la GW. Creo que el goblin que va en la vasija tenía sus propias reglas, pero no me hagáis mucho caso, ya no me acuerdo bien. 

Aquí está la miniatura transformada y terminada. Ya ha cumplido diez añitos, y creo que se merecía dedicarle una entrada.
En fin, nuestro troll de Confrontation acabó siendo un gigante de Warhammer, y como tal peleó en alguna que otra batalla. Con el paso del tiempo, la Workshop sacó al mercado el gigante de plástico, y este muchacho seguía siendo espectacular, pero demasiado pequeño para los nuevos tamaños. Así que cuando salió el penúltimo manual de Guerreros del Caos y en él venía un rey troll como personaje, nuestro simpático amigo volvió a los campos de batalla, esta vez como monarca, aunque por las mesas de juego se le conoce por "Pichín" y es una de mis miniaturas favoritas. 

En 2003 esta miniatura fue elegida Mejor Miniatura en la Categoría Libre en un concurso local de la tienda Wartime, ya desaparecida.

Nada más, espero que os guste la miniatura y la entrada. Nos vemos en la siguiente ocasión. 

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