martes, 27 de marzo de 2012

Carnevale III: Los Patricios

El grupo ciudadano rentista en Venecia es conocido de forma general con la definición de "patriciado urbano". Esta expresión fue utilizada por el propio grupo social que se presentaba como el sucesor o el homólogo de los patricios de la antigua Roma. En Francia, las personas que utilizaban el apelativo de "burgueses" eran en realidad rentistas. Vivir bourgeoisment consistía, en realidad, en vivir de rentas como los nobles. Venecia  ha sido definida por los historiadores como una república marítima y también como una república de patricios. 
Esta vez analizaremos a los grupos de acomodados aristócratas de la Serenísima, entre ellos a los nobles, barnabotis y a la guardia veneciana. Pintados por Rafael Vidal para el juego Carnevale.

Escuadra de patricios


LOS NOBLES

Imaginemos una noche húmeda, a altas horas de la madrugada, donde un grupo de indolentes y laxos nobles se dedican a diletar entre efluvios de alcohol, absenta y rapé. Aquellos que primero caen dormidos o se retiran a sus habitaciones, son objeto de las más cruentas burlas y mofas por los demás. Y es que no saben esperar, pues ha llegado el momento de la verdadera diversión. Sadismo, sexo o violencia, ¿qué es para ellos? Nobles de fachadas de mármol, como sus palacios, húmedos y corruptos como los pilares que los soportan, y putrefactos como la ciudad que habitan, no encuentran mejor diversión que la apuesta por la muerte.
Ataviados con sombrero de tres picos, capa corta y ropa de calle, portan buenos aceros, espada ropera y daga, o pistola, por si acaso la cosa se complica. Son los que dicen cuando, cuanto y donde ha de hacerse. Eligen a sus víctimas por puro placer, vicio, o por servir a alguien que les permite seguir viviendo por encima de las miserias mundanas. Ocultos sus rostros tras máscaras de la Comedia del Arte, todas las noches el carnaval de la sangre corre gracias a la diversión que nuestros nobles comparten con todo el que se encuentran. Son los reyes de la ciudad.
Que el lector me perdone, eso era antes: Ahora la intensidad de la apuesta es mayor, pues monstruos inquietantes, ignominiosos y primigenios, que aparecían en los libros prohibidos,  andan sueltos por las calles de la ciudad. Hay mucho en liza, y ahora la diversión ha dejado paso a un juego de poder enorme que va más allá de una simple razzia nocturna.
La muerte ha vuelto, y no tras unos atavios rojos, sino con escamas refulgentes y tentaculos, a través de la locura más extrema, las mutaciones y la enfermedad.
Nuestro líder se enfrenta sin miedo (mente 4) a la adversidad, y tiene en su gran destreza y una gran protección sus mejores armas. Aunque no es agresivo por naturaleza, el noble del Carnevale no puede ser desdeñado en ataque con su habilidad de Ambidiestro, Crecerse ante la adversidad y su fantástico equipo de espada y arma de mano.
Miniatura esculpida por Thomas David

LA GUARDIA VENECIANA

La guardia veneciana, cuenta entre sus labores cotidianas el mantener el status quo que viene siendo habitual desde hace siglos. ¿Cómo puede, un pobre guardia, mantenerse fuera de la dinámica corrupta de esta ciudad del vicio y del pecado? Él no dispone de rentas, ni puede vivir simplemente entre sueños y jaquecas. Tiene que pensar en su vejez, pensar en su familia, sus damas si las hubiere y sus pequeños ragazzi. La guardia veneciana oculta y conoce, espía e informa a los nobles para que sus acciones sean lo más efectivas y seguras posibles. Evidentemente, pobres soldados, han de arrimarse al mejor arbol.
Los soldados de Venecia son imprescindibles en las bandas de los nobles. Sus armaduras son verdaderamente una birguería, y ofrecen una protección más que de sobra para enfrentarse a la mayoría de cosas incapaces de respirar agua que suelen andar por las noches venecianas. Siempre deben andar cerca de aquellos a quien protegen, y no dudan lo más mínimo, como buenos guardaespaldas, de interponerse para parar un golpe.


Miniaturas esculpidas por Ángel Terol

LOS BARNABOTIS

Los amigos para las fiestas deben ser distintos que aquellos que guardas para un caso de necesidad. Pero, ¿acaso hay alguna otra necesidad, más que la jarana más refinada en cualquiera que sea su sentido? El barnaboti no trabaja, el barnaboti piensa, sobre todo en como agradar a quien paga sus distracciones y relajos, así como su manutención. Ninguno de ellos se pregunta qué habrá de hacer esa noche en pro del capricho ajeno, o qué pecado tendrá que esconder bajo sus encajes para seguir subiendo las escaleras del Elíseo.
Dionisiacos, vacuos y carnavalescos, el barnaboti esconde un cascarón vacio tras su máscara, un muñeco roto, que come y goza como un animal gracias al caro capricho de las castas no caidas en desgracia.
El barnaboti es muy diestro en el combate, y le gusta jugar con sus enemigos, manteniéndolos a raya. No es que tenga mucha pegada, porque de eso de matar no sabe demasiado, aunque, como todos los nobles, va perfectamente equipado para el combate, incluso si se enfrenta a varios y hostiles contrincantes.

Miniaturas esculpidas por Thomas David
Hasta aquí por hoy. En la siguiente ocasión hablaremos de espectros, miniatura preciosa que apoya mágicamente a los Patricios. Estaremos atentos con especial interés a los mayordomos, cuya relación calidad-precio causa sensación. Posiblemente también investiguemos sobre figuras alternativas para representar los diferentes personajes de carnevale, buscando también una mejor relación calidad- precio y coincidencia en escala.
¡Ciao!

(Fotografías por Rafael Vidal y comentarios de Rafael Vidal  y Emilio Carrión.)

martes, 20 de marzo de 2012

Guerra en las trincheras III: La última ofensiva



Hola a todos de nuevo:

En este tercer artículo vamos a ver como se amplió la maqueta hasta las diez planchas, y como se construyó un pueblo entero basándonos en aquellas imágenes más impactantes que habiamos ido observando a través de bibliografía y diversos medios. También os contaré como descubrimos la manera de realizar arte mueble en miniatura.

Una vez realizada la zona de trincheras, muy lograda, y de construir tres secciones más que dejaban la tierra de nadie ampliada, se decidió crear desde cero unas ruinas basadas en imágenes de Yprés para representar aquellas poblaciones que quedaron situadas entre los contendientes y que sufrieron todo el rigor de esta hecatombe. No contentos con ello, decidimos ampliar. Se debatió duramente, y fueron muchas cervezas, cafés y dibujos en servilletas de bar las que se gastaron, para al final decidir agrandar, con una plancha más, la zona de ruinas urbanas de esta escenografía. Así crecían brutalmente las posibilidades de combinación de la mesa: Podríamos tener una zona de trincheras de 120x180, una de trincheras con tierra de nadie ampliada con ruinas urbanas intermedias, de 180x180; una enorme mesa, con una localidad a uno de los lados de la zona de trincheras, con un total de 120x300, o, simplemente, una mesa de 120x120 únicamente urbana.


La mesa en toda su extensión sobre seis caballetes y tres largueros de 3,20m, en mi antiguo apartamento.


La zona urbana acabó siendo una obsesión y un goce, a la vez que un aprendizaje. Los edificios están construidos desde cero con cartón pluma de 0,5cm sobre tablex, y todos ellos están ruinosos a excepción del campanario, que decidimos respetarlo por simular aquellos destinos absurdos que dejan intactos edificios mientras están rodeados de ruinas. El proceso era el clásico que habíamos utilizado en anteriores ocasiones:

Se planta el edificio, los suelos, usando como adherente cola vinílica o pegamento termofusible (tengo que reconocer mi debilidad por este material a la hora de montar edificios), se le hacen todo tipo de molduras, ya sea en madera de balsa o cartón piedra, se estuca la superficie exterior con masilla tapajuntas, y después se pinta. Pero esto no fue totalmente así...
Al tener una configuración abierta, los edificios tenían que estar perfectamente amueblados, tenían que tener partes móviles, y tenían que dar una sensación de habitabilidad. Y creo que, en la mayoría de los casos, lo conseguimos. Construimos escaleras y suelos (utilizar los fondos cuadriculados de los platos de plástico  como enladrillado fue todo un descubrimiento); buscamos e imprimimos motivos de papel pintado de la época y empapelamos el interior de todos los edificios. Hicimos ventanales, vigas de techos, de los entresuelos, de los forjados, y, como por casualidad, muebles con cartón pluma, madera de balsa y cartón.
Ver como Alberto Martínez hacía una cama con un trozo de deshecho de cartón pluma de 1 cm, pelando, chafando, con todo detalle y en cinco minutos, nos dio alas para ponernos a hacer muebles.

Primer piso de la denominada "casa del alcalde"

Detalle del suelo, hecho en madera de balsa pegada y tallada sobre cartón. El nivel de escombros se redujo al mínimo para potenciar la jugabilidad.

Puerta de entrada a la casa, dónde se pueden apreciar distintos carteles de propaganda alemana.

Vista cenital de la vivienda, dónde se ve la buhardilla una vez separado el tejado.

Amueblamos totalmente el bar, el taller y la casa del alcalde. La catedral, por desgracia, había sufrido un grave bombardeo, y la zona del ábside había quedado muy dañada, quedando entre los cascotes un detalle de un nacimiento. La granja estaba totalmente quemada, pero todavía conservaba algunos barriles y útiles, y se podía presenciar como la guerra no hacía distinción entre hombres y bestias, con una vaca y un caballo muerto entre sembrados y ruinas.

Vista longitudinal de las ruinas de la catedral, tomada desde el ábside.

Fotografía de la iglesia en ruinas que sirvió de inspiración para la nuestra, aunque esta, en realidad, es de la siguiente conflagración mundial.

Una de las figuras del retablo perdido entre los escombros.


Interior del taller mecánico de la localidad, con el tejado destrozado, seguramente por contagio de incendios aledaños.


Un enorme proyectil alemán que no llegó a hacer explosión y una vaca muerta, tumefacta. No sabemos si el animal tuvo que ver con que la bomba no estallase.

Una imagen tomada durante el conflicto de una bomba sin explotar.

El estanque, milagrosamente, no ha sido objeto de contaminación alguna.

Detalle del avión siniestrado.

Diferentes vistas del avión separado del resto de la escenografía.

Uno de tantos aviones del circo volador que fue la primera guerra mundial. Hay que reconocer que la fotografía es inspiradora, y algo peculiar. 

¿Por dónde iba? Un momento... 
Cerca de la granja excavamos un hueco en el poliestireno para realizar un lago. Utilizamos un material, que personalmente, aunque da buenos resultados, desaconsejo, que es la resina de poliester. Es muy tóxica, y su reacción, si no se tiene cuidado, puede afectar a los elementos de la escenografía circundante. Ahora, el lago... quedó estupendo. Gracias de nuevo a Alberto Martínez por realizar los trabajos más arriesgados.
Conforme íbamos construyendo todo esto, vimos nuestras personalidades reflejadas en cada uno de los edificios. Héctor con sus construcciónes de líneas horizontales seguidoras de las vanguardias de principios de siglo; Álex con la virtud de la paciencia infinita, del detalle perfecto, de hacer las cosas bien hechas. Rafa con la explosión constructiva, la obsesión febril por crear, y la fe inquebrantable en demostrar que con distintos procesos se puede llegar a conseguir idénticos o mejores resultados. Yo, personalmente, me veo como una amalgama, que dependiendo del día, era capaz de pegar miles de ladrillos o tener ganas de prenderle fuego a todo.

Tardamos más de un año en hacer esta mesa. Cierto es, que hoy día, sabiendo lo que sabemos, y sin parones intermedios, habríamos tardado mucho menos. Es un material único, que disfrutamos cada vez que la ocasión nos lo permite, jugando en una escenografía excepcional, de la que me enorgullece haber sido, tal y como me bautizaron los demás, el "jefe de obra". Gracias a ella formamos un equipo.
No he de alargar más este artículo, con lo que prometo nuevas entregas, en las que aparecerán todos aquellos edificios que he nombrado y no habeis visto, incluyendo el maravilloso cuartel general alemán. Además, repasaremos todos los accesorios que construímos para ella, como los postes de telégrafo, la fuente, árboles, alambre de espino y barricadas. También veremos más fotos de las construcciones que han ido apareciendo por aquí.


domingo, 18 de marzo de 2012

¡Semilla Informe ya disponible!

Hola a todos, pues ya podeis ver aquí como ha quedado el casting de la semilla informe; de nuevo gracias Rafa por las fotos, pintada puden apreciarse mejor los detalles de su textura. 
En fin, creo que ha quedado muy horripilante y espero que os guste, ya podeis adquirir esta miniatura, a un precio de 8€ y va acompañada de una base de 50 mm.




Hi to all, now you can see the first cast of the Formless Spawn. Again thanks to Rafa for the photos, where can we see better the details of the miniature.
I think it is finally a thing very scary, and I hope you like it. The price of the miniature is 8€ and we will supply with a 50mm round base.



Seguid leyendo si queréis ver mas imágenes...

martes, 13 de marzo de 2012

Al Oeste del río Júcar V: ¡Viva Méjico cabrones!


Tras los interesantes artículos sobre la gentuza los caballeros que podemos encontrarnos en un tablero de juego de Legends of the old West (que podeis repasar en este enlace), le toca el turno a aquellos que la vida ha empujado ha empujado a cometer actos deplorables mas allá de la frontera.

Si la vida en el oeste es dura, mas allá de la frontera podemos asegurar que además es barata. Muchos de los bandidos mejicanos que han hecho carrera como asaltantes en el norte habian sido peones de hacienda, mozos de establos, pastores y agricultores de tierras secas y baldías, hasta que sus amos decidieron prescindir de ellos.
Otros son simplemente soldados retirados y forajidos del norte, decididos a buscar fortuna en territorios mas prósperos.


La banda original: peones, matones y ex-soldados; asaltantes de caminos entre Tejas y Méjico.
Las miniaturas de la banda son de Dixon miniatures (las tres primeras empezando por la izquierda), tres de Artizan (las centrales) y de nuevo de Dixon miniatures. Se emplearon colores marrones en todas las miniaturas, junto con algunos toques de color en los bandidos y unos pañuelos rojos en los peones.


Las bandas de mejicanos añaden variedad a un juego como Legends of the Old West; tanto en la forma de jugar por que aportan un montón de peones con poco valor y mal armados, como en la vistosidad de las miniaturas.


Como el resto de bandas de pistoleros, los mejicanos se organizan jerárquicamente, siendo fácilmente distinguibles los líderes (y aquellos que aspiran a serlo) por unas ropas de mejor calidad y sobre todo por las armas mas potentes. Tras los líderes siempre hay unos cuantos secuaces bien armados y mejor equipados que los mas pobres peones de hacienda recién llegados a la banda.

La banda al completo. No hay pueblo ni hacienda a salvo en todo Tejas.
Tras pintar la banda original decidí ampliarla con un par de mejicanos montados en caballos (robados a los yankees, por supuesto) que aportarían velocidad a la banda, rodeando y acosando al enemigo allá dónde huyera, como perros de presa.

También me hice con dos pistoleras y un mejicano gordo, que añadirían diversidad y le darían mucha personalidad a la banda.
Las tres miniaturas son de Black Scorpion, con un excelente modelado, aunque la escala es ligeramente mayor, de forma que sus miniaturas aparecen como "personas corpulentas" al compararlas con otras. Aún así podéis comprobar como no desentonan demasiado con el resto de la banda.

Peligrosas y certeras con el revólver, las dos mujeres flanquean al obeso lugarteniente. 


Por último conseguí robar un par de caballos para dos de los miembros de la banda (si volvemos a la primera foto podéis ver como la ropa se corresponde con los dos mas a la izquierda), por que un Oeste sin caballos no es el Oeste. De nuevo las miniaturas son de Dixon, aunque los caballos son de una caja de miniaturas del séptimo de caballería.

Siempre es buena idea conseguir un par de caballos, para hostigar y emboscar al enemigo.

Y esto ha sido todo por ahora, aunque todavía nos quedan unas cuantas bandas de pistoleros y la peligrosa llegada de los indios.

martes, 6 de marzo de 2012

Guerra en las trincheras II: El proyecto crece


Hola a todos: bienvenidos a la segunda parte de nuestro reportaje fotográfico por nuestra escenografía de la Primera Guerra Mundial.

En esta ocasión, quiero mostraros como quedaron las secciones de trincheras una vez terminadas, además de unas cuantas fotos del pueblo que las acompaña, nuestro Ypres particular. En estas fotografías podreis comprobar como quedaron después de largo tiempo de tribulaciones y trabajos.

¿Quereis seguir leyendo?


Claro, he de decir que esto no fue un camino de rosas. El no tener una buena herramienta de corte propició que las planchas tuviesen lados irregulares que no encajaban bien unos con otros. la solución a la que acudimos fue sencilla y efectiva. Decidí cantear con cartón piedra de 3 mm todas las planchas, usando masilla tapajuntas como material de ajuste. Puestas las piezas contra una superficie rígida y recta, al final todas fueron encajando de una mejor manera. Os aseguro que salvar esta situación fue muy decisivo, ya que era bastante descorazonador ver como, después de tanto trabajo, las piezas no encajaban.
En estos momentos ya tenía nuevo equipo de colaboradores. A la presencia de Rafael Vidal, debo añadir la de dos de los mejores escenógrafos de juegos de miniaturas de Albacete, Alejandro Ponce y Héctor Bolívar. Ellos se agregaron al proyecto no sólo con la idea de terminar lo que estaba a medio, sino con la idea de agrandarlo. La cosa tenía tintes de locura.

Las preguntas que se lanzaban al aire eran: ¿por qué no hacer diez planchas? ¿y un pueblo? ¿y doce planchas?

Originalmente se pensó en hacer un total de nueve planchas, para lograr ensanchar la mesa y hacerla de 1,80 por 1,80, ampliando la tierra de nadie con una zona que contase con algunos edificios. Yo tenía un campanario viejo en casa, bastante aparente, que llevaba como proyecto inconcluso desde principios de la década pasada. Lo que sucedió a continuación se explica bastante bien en esta fotografía:


En este momento, el afan constructivo había tomado una fuerza inusitada, y decidimos hacer un pueblo en ruinas, víctima de los bombardeos... Una iglesia, una granja, un cementerio, un hotel, un taller mecánico, la casa del alcalde, otras dos casas de vecindario, un sembrado, un estanque, una fuente, postes de teléfono, barricadas... La cosa tenía tintes de locura.

Así que comenzamos como si de especuladores inmobiliarios se tratase...

Aquí teneis un par de fotografías que muestran algunos de los edificios en pleno proceos de construcción. En la fotografía superior se puede ver el campananile que se veía en la anterior foto. A su izquierda podeis ver una imagen longitudinal de las crujías de la catedral con su rosetón al frente. La catedral es de pequeño tamaño, de tipo normando, con tres naves. Frente a ella, encontramos el Manneken piss, el bar de la localidad. A la izquierda del bar encontramos el hotel, y frente a él, el taller mecánico.

En esta otra imagen, tomada de manera perpendicular a la anterior, se puede apreciar la calle principal del pueblo, con la casa del alcalde al fondo con el escudo de la localidad en su fachada.

Como podeis ver, los materiales son de lo más clásico y accesible. Cartón pluma de 5mm para la estructura de las casas, cartón piedra de 0,5 mm para todo tipo de embellecidos, cornisas, ventanas y tejados. Madera de balsa para infinidad de complementos como suelos, vigas, entarimados y contraventanas; acera de modelismo ferroviario marca Faller. También se utilizaron planchas de cartón con relieve para los tramos de adoquinado que resistían estoicamente los bombardeos.

Desde esta imagen, podemos comprobar como los obuses han caido cerca de las viviendas, destrozándolas en parte. He de decir que todos los edificios se descubren y están perfectamente decorados y ambientados por dentro, excepto el hotel y el campanario, cuyos tejados están fijos,


Los espías enemigos disparaban sus cámaras desde la seguridad que les daban las trincheras. Ahí nos podeis ver a dos de los que andamos por este blog, trabajando, uno en el hotel y otro en la catedral.
Al fondo podeis intuir a Álex Ponce y a Emilio Carrión, trabajando afanosamente
Infinidad de monstruos nos asaltaban mientras explorábamos los edificios...
Miniatura del demonio señor de las ratas, realizado por el magnífico modelista de Freakland Alberto Martínez. De entre las ruinas surgen los más terribles y desconocidos poderes maléficos

Hasta el gran Cthulhu se ha paseado por la destrozada ciudad...

El gran Cthulhu avanza a través de los desvencijados edificios

Espero que os haya gustado este reportaje fotográfico. En los siguientes artículos publicaremos más imágenes de detalles de todos los edificios, del puesto de guardia, del cuartel general alemán; destacaremos la breve pero determinante intervención de Alberto Martínez, y vereis la escenografía, ya terminada, en toda su extensión. ¡¡¡Adiós!!!