martes, 13 de mayo de 2014

Miniaturas militares: Ventanas a la historia de España, parte III y final.

Muy buenos días a todos:
Como prometí hace ya unas semanas, aquí va la tercera, y última, entrega de las fotografías de la exposición del Museo del Ejército, "Miniaturas Militares: Ventanas a la historia de España". 
La calidad de las miniaturas y su pintado es realmente extraordinario en la mayoría de los casos, así que vamos a dar un paseo por algunos fiascos históricos españoles, característicos del siglo XIX y XX y luego repasaremos las distintas misiones en el exterior del ejército español,  representadas en esta exposición. Además, guardo para el final una increíble escena naval de la Batalla de Trafalgar, situada al final del recorrido. 
Vamos al tema. Más se perdió en la Guerra de Cuba y vinieron cantando. Así que empezamos por  una escena que retrata a aquellos que fueron a jugarse la vida por mantener lo último que nos quedaba de un gran imperio colonial. 

Detalle del personaje central de la escena titulada Mal Tiempo, Cuba 1895. Escultura realizada por Antonio Zapatero y pintura por José Hernández. Pertenece a una colección particular y fue realizada en 2013. 
 De la Cuba previa a la entrada de los estadounidenses y su consecuente pérdida, viajamos a los obuses que guardaban Puerto Rico, instalados en 1894, y que eran conocidos como Obús Ordóñez, de 24cm. Esta fantástica maqueta ha sido realizada por Agustín Pacheco Fernández y en ella, aparte del obús propiamente dicho, aparece un artillero español con el traje de la época. Fue realizada en 2007.


En la exposición no hay un gran número de dioramas o escenas de las guerras de Marruecos. O eso, o tras dos horas de exposición, empezaba a pasar del entusiasmo absoluto a la pérdida de percepción. Eso sí, de lo que estoy seguro es que de la Guerra Civil, poco. Y menos escenas del bando republicano. Sólo una. 
Veamos:

Para más desgracia perdí la referencia de la única foto del ejército republicano de toda la exposición. Les pido perdón a sus creadores. Si no me equivoco representa a dos conductores rusos del ejército republicano con su coche blindado, un BA-6 en el Frente de Teruel. 
La contrapartida en la exposición la representa la siguiente escena, en el que unos soldados del ejército sublevado se preguntan hacia dónde han de ir, cerca de una casa en ruinas. Hay que tener en cuenta el detalle de que el tanque es un T-26, material venido desde la URSS para apoyar a la República. Estos tanques llevaban un cañón de 4,5 cm que hacía trizas los pobres blindajes de los tanques de los que disponía el ejército nacional. Así que aquellos que eran capturados, pasaban rápidamente a servir a un nuevo bando. El momento de la acción se puede fechar alrededor de 1938.

Este diorama se titula "Camino de Levante", y está realizado por un gran número de modelistas. Fue terminado en 2013.
La División Azul tiene una amplia representación en la exposición, con al menos tres escenas, de las cuales voy a mostraros estas:




Patrulla de la División Azul pasando ante una Isba. Fue realizada por Augusto Ferrer Dalmau en 1990, y pertenece a la colección del Museo del Ejército. 

Las tres son obras cedidas, como bien pone en las etiquetas adheridas, por Augusto Ferrer Dalmau Nieto. No hay duda que los españoles que se fueron a luchar contra los bolcheviques en la Segunda Guerra Mundial están bien representados, pues los dioramas son de muy buena calidad. 
Acciones militares desde los años cincuenta hay pocas, pero sí que hay representaciones de maniobras y de mantenimiento de vehículos, las cuales voy a obviar, no por nada, pues tienen una estupenda factura, sino por no alargar demasiado esta entrada. Así que demos un repaso a las misiones internacionales que están representadas:

Cuesta de la Muerte, Mostar, 1993. Fantástico diorama realizado por Íñigo Rodríguez Carballeira en 2008. Pertenece al Museo Específico de la Brigada Paracaidista. 

Afganistán 2007. Patrulla Bripac-ASPFOR XVII- ISAF, en el paso montañoso de Sabzak. Está realizado por Alfonso Ramos Esteller, en el año 2007. Otra verdadera maravilla. 
Y bien, preguntaréis, ¿cuál es la sorpresa final? Pues la sorpresa final es nada más y nada menos que la batalla naval épica entre el San Agustín y el Leviathan en la Batalla de Trafalgar. Está realizado por Máximo Agudo Mangas y Miguel Sordo Osuna (2011). Esto es lo que te encuentras cuando ya vas cansado de tanto agacharte y de tanta foto. Se te pasa el cansancio inmediatamente, es como un dopaje visual que te hace abstraerte de todo lo que tienes alrededor. Siento decir que la falta de iluminación, y la prohibición del uso del flash, (y la ineptitud del fotógrafo) hicieron que las fotografías de más detalle no salieran como hubieran debido. Ahí van unas cuantas fotografías:

El San Agustín era el buque de escota del Santísima Trinidad en Trafalgar, y navegaba a su proa. Una vez rendido el Trinidad, soportó la lucha por casi cinco horas más, contra al menos cinco buques ingleses. 

Este buque de línea de 74 cañones se botó en 1768, y estuvo danzando mucho tiempo. Entre otras aventuras fue apresado y recuperado dos veces, y luchó en la guerra de la Independencia de Estados Unidos, para acabar siendo quemado por los ingleses en Trafalgar debido a los daños. 

En Trafalgar este buque estuvo comandado por Don Felipe Jado Cajigal. 
Lo que más me impresiona es que este diorama de más de dos metros es que forma parte de uno más grande, con ocho barcos, que recrea imágenes pictóricas de la batalla. 
Bien, hasta aquí todo lo referente a la exposición. Espero que os hayan gustado las entradas. No perdáis la ocasión de visitarla. Tampoco dejéis de visitarnos a nosotros.
Un saludo a todos y hasta la próxima.

4 comentarios:

  1. Es maravilloso, no me canso de mirar y volver a mirar todas estas fotos y descubrir nuevos detalles. ¡Gracias por compartirlas!

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  2. Es normal que te gusten, hay verdaderas obras maestras. Yo me lo pasé como un enano echando las fotos y disfrutando de la exposición. Gracias por comentar.

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  3. Todas lo son, pero la escena de batalla marítima es increíble... Ojalá esta serie de entradas no acabara nunca.

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    1. La exposición merecía la pena, pero este todavía no es nuestro negocio. Nosotros nos dedicamos más a la guerra oscura, a la fantasía corrupta, al futuro lleno de violencia; a los monstruos más terribles. De momento, no a la miniatura histórica. Eso sí da verdadero miedo.

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