lunes, 30 de diciembre de 2024

La Cofradía del Ojo Encarnado

Bienvenidos de nuevo al blog cuya frecuencia de actualización se mide en tiempo geológico. Esta semana os presentamos un grupo de miniaturas perfectos para casi cualquier juego. Podemos llamarlos cultistas, sectarios, encapuchados o antagonistas. Se trata, como veréis, de la caja de secuaces del señor liche que editó North Star con la salida de la primera expansión de Frostgrave: Thaw of the Lich Lord.


La cofradía del ojo encarnado hace alusión a los orbes de las visiones del excéntrico Adelbert el Loco. Adelbert, fundador de la secta que nos atañe, soñaba repetidamente con una serie de orbes flotantes que terminaban por convertirse en ojos que le miraban. Claro está, que estos sueños no contribuyeron a que la gente creyera a Adelbert, pero hasta los más chalados encuentran seguidores entre los suyos. De ahí surgió poco a poco la cofradía que seguía los delirios de Adelbert, extendiendo su influencia con un fin difícilmente comprensible para las mentes de los mortales.
 
El culmen de la obra de Adelbert ocurrió cuando reunió a todos sus seguidores en una vieja mina abandonada y con ayuda de una vieja llave de plata logró abrir una puerta a un espacio dónde se encontraba un ente que responde al nombre de 'Umr At-Tawil. Después de eso, las crónicas del periódico local afirman que los seguidores de Adelbert desaparecieron de la faz de la tierra para siempre.
 

 
 
Lo que no podían saber los periodistas es que la puerta por la que cruzaron los Cofrades del Ojo Encarnado los llevó por el tiempo y el espacio, allá dónde los designios de Yog-Sothoth los hacía útiles. Así, los Cofrades aparecieron en el salvaje oeste, liberando hordas de demonios mientras se hacían cargo de las obras del ferrocarril transcontinental, pero también tomaron partido en numerosas incursiones durante la época victoriana. 
 
Los cofrades del Ojo Encarnado en las calles de una ciudad Europea de finales del siglo XVIII, enfrentándose a los miembros de la Brigada Anfibia de Cartagena.
 
Aquí los muchachos explicando amablemente al Dr. Percy Newberry que no debería intentar descifrar estos jeroglíficos.


Los Cofrades en un castillo tenebroso lleno de humedades y suciedad. Les encanta visitar sitios nuevos.
 
Lo cierto es que son perfectos para representar enemigos del montón en Frostgrave y como habéis visto, en casi cualquier tipo de ambientación de nuestras partidas. Para ello se han montado intentando cubrir varias opciones de armas y equipo, tanto de fantasía como pulp/actual. Vamos a repasarlos:
 
Una banda necesita un líder. Adelbert el loco no se encuentra en las mejores condiciones de tomar partido en nada más que intentar no babearse en exceso mientras tiene sus visiones, así que el liderazgo en el terreno lo asume el hermano Hedrick. Hedrick lleva un cuchillo ceremonial parecido a una falcata íbera, ¿quién sabe si simplemente un cuchillo o quizás un arma mucho mas mortífera?.
 
 
Otro de los puestos destacados de la Cofradía es el puesto de Técnico Superior Ejecutor, normalmente conocido como verdugo. Este lo ostenta un cofrade anónimo, pues oculta su cara tras una capucha blanca, pero maneja la afilada hacha con maestría y sin remordimientos.

 
Los enemigos de los cofrades temen a la figura de el cazador, un tétrico cofrade armado con un hacha y una escopeta a la espalda, que persigue a sus presas allá dónde van, atravesando el tiempo y el espacio hasta acabar con ellas.



 
Y entre los cofrades también están los guardianes armados con armas de fuego, como los rifles militares que portan estos dos hermanos.
 
 
Además de las armas largas, otros prefieren revólveres capaces de ser ocultados entre sus ropajes o en cartucheras a la cintura. Los siguientes hermanos han desenfundado sus armas para enfrentarse a los enemigos de Yog-Sothoth.
 

No podemos dejar de lado a la gran mayoría de cofrades armados con armas como espadas, hachas y cimitarras. Estos constituyen la base de la banda, brazos capaces de empuñar armas y acatar las mas terribles órdenes sin cuestionarse su moralidad. Todos cubren sus cabezas con la capucha blanca oficial sobre la túnica roja.

 
 
Espero que os hayan gustado. ¡Próximamente más!

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