martes, 23 de septiembre de 2014

Los Corsarios del Conde Blanco IV: Principio y fin.


Hola a todos:
Llegamos al final de nuestra colección corsaria mostrándoos al artífice de todo esto, al protagonista de nuestra historia, el Conde Blanco.
Podéis imaginaros la historia de nuestro conde al viejo estilo. Una vida de felicidad truncada por unos hechos atroces, sed de justicia, venganza. Desde "El Zorro" al Conde de Montecristo, la figura del noble adinerado, valiente y capaz, que ve su vida arrasada por un mal contra el que nada puede hacer, al menos a través de los cauces normales. Convertirse en un pirata, o en este caso, un corsario, e ir enrolando en su tripulación a todos aquellos que, por una u otra causa, son esclavos de la venganza y sólo buscan quien los lidere hacia ella. Motivos, en este mundo, real o imaginario, no faltan. 

La seña característica de nuestro personaje es que va completamente vestido de blanco. Desde la peluca, la piel maquillada, la levita, calzones y medias; los zapatos nacarados y los forrados botones, siempre viste de blanco. 

En esta foto de gran tamaño podéis apreciar las diferentes tonalidades de blanco. Desde el nacarado de los lazos, botones y zapatos, al blanco rosáceo que deja translucir la piel bajo las medias. 
El blanco es un color algo peculiar a la hora de pintar miniaturas. Es un color difícil, por decir algo. Hay que tener muy claro sobre qué base se utiliza y con qué colores se va a sombrear. Siempre nos va a parecer que, por ligera que sea, la tonalidad se impone sobre el blanco, pasará a ser un amarillo, gris, o rosa muy clarito, en los ojos del que mira la miniatura. 

Aquí tenéis unas fotos de la miniatura desde diversos puntos de vista. Hoy va de blanco impoluto, y aunque mancharse le horroriza, no le importa que sea derramando sangre de sus enemigos. 
La miniatura del Conde Blanco pertenecía, creo, a la gama de Pirates and Swashbucklers de Wargames Foundry, como también la siguiente miniatura. La Lady Marmalade de Foundry se convierte aquí en Paquita "La Veneciana", segunda de a bordo y concubina del Conde.  

La figura de "La Veneciana" fue la primera que pinté de toda la banda. Su pintura denota el efecto que buscaba, con un enorme contraste,  colores cálidos y luces muy forzadas, todo ello sobre imprimación negra. 
Bibliografía sobre mujeres piratas hay mucha, así que, en todas las novelescas tripulaciones que se precien, hay que incluir una. Sinceramente, esta miniatura no es de las mujeres piratas más atractivas o espectaculares, pero tiene, como todas las miniaturas de esta banda, algo de alma. El no ser simplemente guapa, y su parche, ayuda a pensar en otros valores y capacidades que esta letal dama de los mares comparte con una tripulación de corsarios sin escrúpulos que no respetan más que la fuerza superior. 

El Conde y la Veneciana forman una pareja terriblemente sanguinaria, que asola los mares de las mesas de juego. 
La pareja, espalda contra espalda.
Con esta última foto de la parejita me despido, aunque... Esperad un momento. ¡Parece que hay alguien que sale de la jungla herido y con los ojos desorbitados!

Juan de Dios Heredia, corsario de pro, tan experto en ocultarse y abatir a sus enemigos a traición, que casi se nos escapa en esta última entrada.  Ha llegado, herido y exhausto, justo a tiempo para protagonizar la broma. 
Bueno, después de la aparición sorpresa,  parece que definitivamente no me dejo a nadie.
Como colofón final a estas entregas corsarias, os obsequiamos con una historia que fue escrita y publicada hace algún tiempo, y que dio lugar al desarrollo de estos corsarios. Aquellos que la leáis comprobaréis que no tiene una relación directa, pero ya, algunos nombres y personajes de esta banda pueden intuirse en ella. Espero que disfrutéis con la historieta titulada "Una Oración por Perico el Zarpas".
 http://1drv.ms/1tHwzDy

Y nada más, espero que el martes que viene sigáis por estos lares donde los muñecos son los protagonistas. Una afición mejor que otras muchas para alcanzar la evasión.
Saludos a todos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario